economia nacional





se inició a partir de 1821-1822 con dos empréstitos, denominados deventures, contratados en Londres. Uno, por Luis López Méndez (1821), que sin consultar con el gobierno colombiano le compro unos equipos militares al sillero inglés Jaime MacKintosh por 75.000 libras esterlinas, deuda que después se convirtió en un pleito que estuvo a punto de provocar la intervención armada de Inglaterra en Colombia; y otro, por Francisco Antonio Zea (1822), por valor de dos millones de libras esterlinas, en condiciones absolutamente ruinosas para Colombia. Con grandes dificultades, y a menudo con retrasos que alborotaban la quisquillosidad de los acreedores, Colombia sostuvo el servicio de la deuda, y en general los bonos colombianos gozaron de buen crédito en Europa. Al finalizar el siglo XIX el saldo de la deuda externa era de 15 millones de pesos de oro (aproximadamente tres millones de dólares, o mil millones de pesos en papel moneda). Los empréstitos externos en los últimos dos años (1898 - 1899) tenían por objetos financiar la conversión del papel moneda a billetes con respaldo en oro.[12]

Durante los años 2008 y 2009 la deuda externa se va incrementando. La deuda externa de Colombia registró en los primeros nueves meses del pasado año 51 mil 204 millones de dólares, el equivalente al 22,1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) proyectado para 2009.

Acorde con un informe del Banco de la República, esa cifra -la más alta en la historia del país- se corresponde también con el 75 por ciento del presupuesto nacional para el actual ejercicio. El ente emisor señaló que del total anotado en los tres primeros trimestres de 2009, el saldo de la deuda pública ascendió a 35 mil cuatro millones de dólares, para un incremento de cinco mil millones respecto al período anterior.

En tanto, la cifra restante, 16 mil 200 millones de dólares, correspondió al sector privado. Los expertos consideran que esos resultados reflejan un cambio en la dinámica de demanda de empréstitos del exterior solicitados por Colombia en los últimos tres años, pues la cifra disminuyó ostensiblemente entre 2007 y 2008, para volver a subir el año pasado a un nivel superior con relación a hace dos lustros.

Así pues, los 44 mil y medio millones de dólares que alcanzó la deuda hace 24 meses representaban el 21, 2 por ciento del PIB proyectado para ese año, cifra que disminuyó en un 3 por ciento para el periodo inmediatamente posterior y que hoy es superior por cerca de 4 puntos porcentuales.[13]


Años ochenta y noventa - décadas de perdidas

Una de las etapas más críticas de la deuda externa latinoamericana fue la década de 1981 - 1990. En 1986, en su ensayo Perspectivas de la agricultura colombiana al terminar el siglo XX el ex presidente Alfonso López Michelsen explico los alcances de la crisis de la deuda externa y las grandes repercusiones que tendrían para los siguientes años:

"Por imprevisión de los gobiernos y de las directivas de los bancos, ósea por culpa tanto de los unos como de los otros, se contrajeron deudas durante el boom de los años setentas, deudas que hoy (1986), por dos conceptos, sobrepasan la capacidad de pago de los países. Primero, por que no disponen de los recursos en moneda nacional para cubrir el capital y los intereses; y, segundo, porque las exportaciones no alcanzan, en la mayoría de los casos, para producir los dólares indispensables, en moneda nacional. El Fondo Monetario Internacional ha tratado, país tras país, de poner remedio a esta situación con un recetario elemental, que ha fracasado en todas partes, y al que se le cubre con el piadoso nombre de "ajuste": incrementar los ingresos fiscales, aumentando las contribuciones y eliminando subsidios, y devaluar la moneda para fomentar las exportaciones. Es un tratamiento de shock, que frena el desarrollo económico, agrava la recesión, aumenta el desempleo, y, más temprano que tarde, conlleva graves perturbaciones sociales, que acabaran por desestabilizar los gobiernos democráticos que van camino de consolidarse en Iberoamérica"

A marzo de 2000 el Banco de la República revelo que la deuda externa colombiana llego a 36.000 millones de dólares, de los cuales 24.490 corresponden al sector publico. El total de la deuda equivale al 41.3% del PIB, lo cual, según los analistas nacionales e internacionales, " es preocupante" y explica al aumento en la severidad de los ajustes en la política económica y fiscal del gobierno.[12]


La moneda

Hasta 1880 Colombia careció de una política monetaria coherente. Basta decir que, entre 1718 en que se expidio el auto del 24 se septiembre por el cual se emitia la moneda nueva de puro cobre, en cuartos, ochavos y maravedíes, y el 16 de junio de 1880, en que la ley 39 del 16 de junio autorizo al poder ejecutivo para establecer un banco nacional, el primero en el país con carácter de emisor, se hicieron veinte autos y leyes que intentaron regular el curso de la moneda, siempre con el mismo resultado: la escasez de circulante mantenía nuestra economía en estado de parálisis. Con el banco nacional que a partir de 1885 asumió facultades exclusivas de banco emisor, y suprimió las emisiones de los bancos particulares, se produjo un fenómeno que transformo el sistema financiero y la economía colombiana en general, el curso forzoso del papel moneda complementando por un control de cambios inflexible, o "prohibición de estipular", como se le denominó en su momento. Con el papel moneda se irrigó el torrente circulatorio y la economía colombiana despego. Cierto es que la inflación afecto la capacidad de ahorro -que tampoco era mayor antes de 1885- pero el poder adquisitivo se cuadruplico a partir de 1886 y se mantuvo contante hasta la gran depresión de 1929.

El banco emisor

La reforma de 1923 fundó un banco de la república que de consumo con el Ejecutivo y el ministro de hacienda, dirigió la política monetaria hasta 1991, teniendo el peso como unidad y divisa. La constitución de julio de 1991 suprimió la junta monetaria y estableció que el banco de la república es la maxima autoridad monetaria y cambiaría del país, con la prioridad de mantener la moneda sana mediante el control de la inflación. La junta directiva del banco de la república esta conformada por siete miembros: el ministro de economía, el gerente general del banco, y cinco miembros nombrados por el presidente de la república por un termino de cuatro años.[14]

La unidad monetaria de Colombia es el Peso, que ha mantenido una cotización respecto al dólar a una taza promedio entre $1.900 y $2.100 en los ultimos años.


Importación y Exportación

Antes de la Apertura, Colombia era un país auto suficiente en abastecimiento de productos alimenticios, los cuales, debido a la protección y el subsidio gubernamentales, constituían uno de los principales factores en el alza de la canasta familiar y del índice de inflación. Después de la apertura, a partir de 1991, la oleada de importación de productos alimenticios abarato sin duda el precio de los alimentos en el mercado, pero afecto también la producción nacional, al punto de que, al terminar el siglo XX, Colombia ha perdido su capacidad de abastecimiento alimenticio en cerca del 60% con relación a 1985, y en más del 80% con relación a 1961.[18]

La producción agrícola colombiana consta de tres tipos de bienes: alimenticios, materias primas y productos ornamentales. Los alimentos representan el 70% de la producción agraria; las materias primas el 22%; y los productos ornamentales el 8%. Los principales productos agrícolas exportables son el café, el banano, las flores, el azúcar, y ya muy disminuido, casi nulo, el algodón, de acuerdo a informes de DANE de 1998. Pero las importaciones y exportaciones de Colombia durante, 1991 hasta 2006 van subiendo y bajando al pasar de los años



cafe

Café en cereza, fruto completo del cafeto.Al comenzar el siglo XX el café ya había tomado posición como el producto básico de la economía de colombiana, tanto en las exportaciones como el mercado interior. Las primeras fincas cafeteras surgieron en los años setenta del siglo XIX, sobre todo Cundinamarca, cuando el café empezó a cotizarse en las bolsas mundiales y se convirtió en la moneda internacional de los países productores, entre los cuales estaban Brasil, Salvador, Guatemala y México. Colombia emergió como exportador de café y productor mundial en la década de los noventa. Desde los años veinte, nuestro país ocupo el primer lugar como productor mundial de café suave.[22




Variedad de productos



La administración de Rafael Reyes (1904 - 1909) les dio impulso decisivo a las actividades agropecuarias e incremento el área cultivado de 200.000 hectáreas calculadas en 1899 a 600.000 en 1909. Las sucesivas administraciones continuaron el fomento de la agricultura y de la ganadería. Para 1961 el numero de hectáreas cultivadas sumaba cuatro millones, con una variedad de productos que incluían ajonjolí, ajos y cebollas, algodón, anís, arroz blanco, banano de exportación, cacao, café, caña de azúcar, caucho, cebada, coco, fique, fríjol, frutas, hortalizas, leguminosas, maíz, papa, plátano, tomate, trigo, yuca. Entre 1961 y 1991 se agregaron a los anteriores cultivos los de caña panelera, ñame, palma africana, maní, soya, sorgo, tabaco rubio, trigo y avena, y el número de hectáreas cultivadas aumento a siete millones. No obstante, la mayor parte de las tierras colombianas están sin utilizar. las llanuras orientales se encuentran incultas y deshabitadas casi en su totalidad; la región del pacifico, de gran humedad y alta precipitación, deja ver muy pocas zonas aprovechadas; grandes extensiones del Medio y bajo magdalena apenas se han tocado.[17] En la actualidad esas tierras ya se están utilizando.[18]



Ganadería en la región de Córdoba.

La ganadería adquirió importancia desde mediados del siglo XIX, en que se introdujeron al país los primeros ejemplares de ganado Durham. A medida que avanzo el siglo de la ganadería se consolido como el segundo renglón de importancia en la economía colombiana y dio origen a una amplia industria lechera.

En la primera mitad del siglo XX la ganadería colombiana efectuó provechosos cruces de ganado criollo con razas nobles europeas y estadounidenses, como Holstein, Normando, Red Poll, Pardo Suizo, Shor Torn, Charolaise, Aberdeen-Angus, Guernser, Jersey, Lincoln, Cebú, Santa Gertrudis, lo cual permitió que la calidad del ganado colombiano aumentara de peso y carne. Los estimativos de cabezas de ganado vacuno llegaron a 24.475.482, y se calcula que en 1999 alcanzaron los 32 millones cabezas. El total de cabezas de ganado caballar, mular, asnal, porcino, ovino y caprino era, en 1961, de 6 millones; para 1999 el calculo es del triple de esa cifra, o sea, 18 millones de cabezas.[29]

Razas

En Colombia hay cerca de 41 millones hectáreas en pastos, de las cuales el 35% se utiliza en ganadería, la mayoría de tipo extensivo. Los valles del Sinú y San jorge, las sabanas de Bolívar, Sucre, Magdalena y Cesar son las regiones de mayor concentración ganadera.

La explotación y crianza de ganado vacuno se efectúa en fincas pequeñas y en grandes haciendas, con las siguientes razas: en Antioquia y Viejo Caldas, Blanco Orejinegro, productor de leche, originario de España; en el Valle del Sinú, el Romo Sinuano, productor de carne; en las regiones llaneras de San Martín y San Juan de Arama, el San Martiniano, productor de carne y leche; En Córdoba Y Bolívar, el Ayapeleño, productor de carne y leche. En la sabana de Bogotá y en los valles de los ríos Sinú y Cauca pastan los más finos y hermoso ejemplares de razas seleccionadas. En los últimos quince años la crianza del ganado porcino ha tenido un incremento del ciento por ciento debido al aumento del consumo, lo que dado impulso a una floreciente industria tecnificada y a la creación de numerosas fincas productoras y abastecedoras. [30]